El monstruo de las galletas

La mente (o mi mente, tampoco voy a hablar por los demás) es como el monstruo de las galletas. Siempre está hambrienta. Siempre. Y acepta galletas de todo tipo. Lo que aprendemos en el trabajo, lo que sentimos en nuestras interacciones diarias, lo que leemos, lo que escuchamos, lo que soñamos. Necesitamos algún tipo deSigue leyendo «El monstruo de las galletas»